En Reino Unido, un hombre llamado James encontró una manera de no serle infiel a su esposa, con quien está casado hace 36 años.
Este hombre compró una muñeca llamada April por la suma de 2000 dólares, y se transformó en su amante de plástico. El ingeniero no sólo la compró para tener sexo con ella, sino que además tiene una vida social con ella, ya que la lleva a cenar, la maquilla y le compra ropa.
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“La gente no se da ni cuenta de que es una muñeca. Si tuviera que escoger entre April y mi mujer, honestamente no sé qué haría” dice.
Este hombre está por jubilarse, y ante la inapetencia recurrente de su esposa Tine, decidió invertir en una muñeca de 1,53 de altura y apariencia juvenil que lo ayude en esos momentos.
James indicó que desde entonces ha podido cuadruplicar su performance semanal algo que, según un informe publicado en American Sexual Behavior Study, es normal para alguien de su edad.
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“La mayoría de los fabricantes las hacen como si tuviesen 20 años” se queja James.
En el mercado no hay muñecas maduras, sin embargo el hombre expresó que está ahorrando para cambiar a Abril por otra muñeca de silicona e inteligencia emocional capaz de sostener una conversación.
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“Si quieres cambiar de posición tienes que moverla tú. Pero estar con una chica como April para alguien de mi edad es una fantasía que, por suerte, puedo hacer realidad a diario”
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El objetivo de los fabricantes es ayudar a la gente a “encontrar un nivel de compañerismo que posiblemente no sea capaz de lograr de otra manera”