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    Categories: Experiencias

Esta desgarradora historia demuestra cómo la donación de órganos puede cambiar vidas


Siempre es emocionante la llegada de un hijo al mundo.

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Pero esta emoción de ser un padre viene con ansiedad y miedo.

Cuando estás a punto de convertirte en padre, esperas que todo vaya sin problemas en lo que respecta al embarazo. Esperas que el bebé nazca sano.

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Dar a luz a un bebé enfermo es una experiencia desgarradora que ningún padre debería experimentar. Pero desafortunadamente, esto es lo que sucedió con Justin y Amanda de Illinois. Su preciosa niña: Braylee enfermó unos meses después de su nacimiento.

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Cuando nació Braylee, los padres estaban eufóricos por su llegada. Pero la vida no siempre es justa. Pocos meses después del nacimiento de Braylee, notaron algo extraño en ella. Su piel tenía una coloración amarillenta, y ellos sabían que algo no andaba bien.

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El 3 de febrero de 2016, los padres descubrieron que Braylee padecía una forma rara de enfermedad hepática conocida como atresia biliar. Esto significa que no tenía vesícula biliar en el momento de su nacimiento. La vesícula biliar es el órgano responsable de almacenar la bilis y liberarla al intestino delgado. Este órgano juega un papel crucial en la digestión, especialmente en niños recién nacidos.

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Justin y Amanda se sintieron devastados cuando descubrieron que la condición de su hija era crítica. Los médicos conectaron el hígado de Braylee a sus intestinos para mejorar su condición, pero esto pareció no resultar.

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La condición de Braylee empeoró hasta el punto en que su estómago se volvío del tamaño de un globo. Los médicos declararon que solo un trasplante de hígado podría salvarle la vida.

La familia entró en pánico, ya que no había ningún donador disponible en ese momento.

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Después de hablar con los doctores, Justin estaba listo para donarle una parte de su hígado a su hija. La operación podría representar un peligro para la salud de Justin, pero estaba más preocupado por su preciosa niña.

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Justin estaba a punto de prepararse para la operación cuando sucedió algo milagroso. Los doctores encontraron un donante. El hígado de un hombre fallecido se usó para Braylee junto con otro bebé.

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La cirugía de trasplante de hígado fue exitosa. El cuerpo de Braylee parecía haberse adaptado muy bien al nuevo hígado y su salud mejoró gradualmente. El color de su piel había vuelto a la normalidad, y su sonrisa no tenía límites.

Ha pasado un año desde la cirugía, y Braylee ahora tiene alrededor de 19 meses. Mira sus fotos recientes para ver la increíble transformación que ha tenido.

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La familia está eternamente agradecida por haber recibido el órgano de este hombre, ya que le dio a esta hermosa bebé una segunda oportunidad de vida.

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