Matteo Merolla, un chico de 29 años, tras enterarse que su amado tío con Síndrome de Down, Paolo, de 50 años, dio positivo para COVID-19, decidió internarse voluntariamente en el hospital.
El virus puede atacar el sistema inmunológico de las personas, así como muchos pueden ser asintomáticos, lo que hace esta larga batalla se extienda y siga transformando nuestras vidas. Matteo resultó positivo asintomático para el COVID-19, mientras que su tío, Paolo, presentó fuertes síntomas que lo debilitaron más debido a su condición.
El joven comentó: “Yo tenía síntomas leves, antes de ingresar al hospital me hicieron un hisopado y dio positivo. Así que nos hospitalizaron juntos y también tuvimos la oportunidad de tener una sala común. Mi tío necesitaba una máscara de oxígeno las 24 horas del día, día y noche, y los doctores hicieron todo lo posible para no intubarlo dada su condición.”
Tras presentar un cuadro complicado por el virus, Paolo fue ingresado de emergencia a un hospital militar ubicado en la localidad de Celio, en Roma. Ante ello, Matteo no quería dejar a su tío solo, lo que quería era luchar junto a él para vencer el virus. Al llegar al hospital le realizaron tomografías computarizadas que revelaron un grave caso de neumonía.
El estado de salud de Paolo era bastante delicado, presentó fiebre, tos, mareos constantes, y debilidad. Muchas veces intentó calmar a su tío quien no entendía nada de lo relacionado al virus ni la enfermedad que estaba enfrentando. Paolo lloraba y repetía que se quería ir a casa.
“La primera noche estuvo muy enfermo, no paraba de desmayarse y quedarse dormido, no tenía suficiente oxígeno y lloraba todo el tiempo porque no entendía lo que ocurría. Estaba muy asustado. Cuando era joven, le extirparon una gran parte de su pulmón, por lo que el COVID lo ‘atacó’ de forma seria”.
Matteo tenía la certeza de que si acompañaba a su tío su estadía en el hospital sería menos complicada. Destaca que al ser una persona con síndrome de Down tiene necesidades especiales, por lo que lo más recomendable era que alguien lo asistiera permanentemente. Matteo pensó que estar hospitalizado con él era su deber.
Matteo trabaja como agente inmobiliario. Por suerte, ambos lograron vencer el virus y luego de 15 días ingresados fueron dados de alta y regresaron a casa con la satisfacción de haber vencido juntos el virus.
Matteo dijo: “Mi tío estaba feliz de llegar a casa, salió del hospital exclamando, como si fuera un grito de victoria: ‘¡Adiós!’”
Matteo está agradecido con todo el personal sanitario quienes estaban preocupados por su tío y mostraron una atención extraordinaria, incluso varias veces le llevaron golosinas.
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