Una mujer explicó con orgullo por qué decidió dejar sus comodidad atrás y vivir en Uganda, adoptando a 13 increíbles niñas ugandesas.
A la edad de 18 años, Katie Davis era la presidenta de la clase y la reina del baile de su escuela. También tenía novio, ropa de diseñador, un convertible amarillo y sus padres la animaron a ir a la universidad para tener una gran educación.
¿Esperarías que ella cambiara ese estilo de vida por una vida tan diferente en Uganda?
Después de graduarse del colegio, Davis sirvió en Uganda para un viaje misionero de un año. Fue solo un viaje temporal, pero decidió quedarse para siempre.
Davis fundó los Ministerios Amazima en 2008 y su misión es “vivir el amor de Jesús educando y empoderando a la gente de Uganda y las comunidades a las que servimos”.
Además de fundar el ministerio, también se sintió llamada a adoptar niños y por eso decidió cuidar de 13 niñas ugandesas.
Dijo que una de las mejores lecciones que aprendió sobre el amor fue el proceso de adopción y crianza.
“Estoy segura de que hay algo de verdad en las historias que muchos cuentan sobre el momento en que vieron a su hijo por primera vez y supieron instantáneamente que Dios lo había ordenado para ser de ellos y se enamoraron. Pero creo que con mucha más frecuencia, la acción del amor precede al sentimiento real”, dijo a TODAY.
Ese tipo de perspectiva del amor también influyó en su visión no solo de sí misma como madre, sino también como esposa. En 2015, se casó con Benji Majors.
“El amor de mi esposo es solo otra forma en que Dios ha elegido derramar su amor sobre mí, otro recordatorio constante de que se regocija por mí y por cada una de nuestras hijas”, escribió en su blog.
“Los veo cobrar vida bajo la mirada amorosa de su nuevo padre, escucho el deleite y la certeza en sus voces cuando llaman a ‘papá'”.
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