Es bastante triste cuando pierdes a tu pareja y una familia queda incompleta.
Cuando falleció la esposa de Rory Feek, él se encontraba en un estado de angustia. Había perdido a su maravillosa compañera de vida y su hija había perdido a una gran madre. En los seis meses posteriores a la muerte de su esposa, Joey, había estado haciendo todo lo posible para asegurarse de que el dolor no lo consumiera a él y a su pequeña hija, Indiana.
Quería estar allí para ella y ayudarla a hacer una transición sin problemas a una vida sin su madre.
Sabía que ella necesitaba de él ahora más que nunca. Joey había librado una larga, agonizante pero valiente batalla contra el cáncer. Sus familiares y amigos habían estado a su disposición para ayudarlos y apoyarlos durante la dolorosa experiencia.
Y cuando Joey murió, estos seres queridos enviaron mensajes de condolencias y aliento en un intento de consolar a Rory, quien a pesar de su profundo dolor, sabía que tenía que ser fuerte por su hija.
Por lo tanto, está enfocado en criarla con el espíritu de Joey en mente. Él cree que ella lo está guiando a través de sus responsabilidades como padre.
Además de sus nuevas y exigentes responsabilidades, ha tenido que enfrentarse a personas que hacen comentarios poco amables sobre su hija. Indy, como él la llama cariñosamente, tiene síndrome de Down y estas almas desagradables se han expresado abiertamente al afirmar que ella fue un ‘error’.
Es lamentable que haya personas que ignoren el hecho de que niños como Indy pueden llevar una vida perfectamente normal a pesar de su condición.
Siempre que estas personas ven a un niño con síndrome de Down, rápidamente recurren a comentarios maliciosos. Pero esta gente no puede derribar a Rory. Sabe que su hija es una maravillosa bendición de Dios, como todos los demás niños.
Y decidió honrar a su hija a través de una conmovedora publicación en su blog: This Life I Live.
Quiere que el mundo sepa lo especial que ella es para él. En la publicación, Rory comienza diciendo que Dios no comete errores. Reconoce que Indiana es diferente. Pero sabe que ser diferente no la hace menos niña que cualquier otra.
Ha tenido la oportunidad de interactuar con muchos de los niños en la escuela de Indiana, High Hopes, en los últimos meses y ha observado que de hecho no son menos. Son como otros niños.
Tienen diferentes formas y tamaños. Aprenden a diferentes velocidades. Algunos son tranquilos y otros bastante vocales. Hay quienes caminan y gatean antes y hay quienes, como su hija, se toman su tiempo. Pero una cosa es segura; todos son una bendición de Dios.
Rory cree que son regalos del cielo, al igual que todos los demás niños. Recuerda todas las estadísticas que él y su difunta esposa, Joey, han encontrado en los últimos dos años. Las estadísticas revelaron que entre el 70 y el 90% de las madres embarazadas que se hacen la prueba y descubren que su feto tiene síndrome de down abortan al bebé.
Él y su esposa se habían horrorizado ante esto. Fue desgarrador pensar que todos esos niños por nacer no tendrían una oportunidad. Sin embargo, su corazón todavía se rompe cuando piensa en eso. Dice que entiende por qué las madres optan por una medida tan drástica.
Los niños con síndrome de Down han sido descritos durante mucho tiempo como “errores”. Y él sabe por experiencia personal que no lo son. Sabe que Indiana es un regalo. Cuando ella nació y él y su esposa la sostuvieron por primera vez en sus brazos, una cosa estaba clara: ella era la hija que Dios quería que tuvieran. Lo creyeron y tenían razón. Abrazaron a su hija como la bendición que era.
Ella le ha dado una razón para sonreír en medio de la angustia de perder a su esposa. Ella es la alegría en una familia que se vio sumida en la angustia. No sabe cómo podría soportarlo todo sin ella. Ella le da esperanza todos los días. En lugar de revolcarse en la tristeza, disfruta de ser su padre.
Rory sabe que al principio, los padres pueden ver a su hijo como algo que no esperaban, pero si se entregan a amar y cuidar al niño, pronto harán otro descubrimiento: Ellos son una bendición.
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