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Diez Años De Prisión Por Abusar De Su Hija Menor Y Contagiarla Con Una ETS


La Audiencia Provincial de Sevilla condenó a 10 años y un día de cárcel a un hombre que abusó de su hija cuando ella tenía 5 años y a la que contagió del virus del papiloma cuando la bañaba.

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La Sección Primera de la Audiencia sevillana, condena a D.C.F. por un delito de abusos sexuales continuados y le impone 6 años de libertad vigilada cuando salga de prisión y la privación de la patria potestad respecto de su hija durante 7 años.

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Le prohíbe por 11 años comunicarse y acercarse a menos de 300 metros de la víctima, a quien deberá indemnizar con 20.000 euros, frente a los 100.000 que solicitaron la Fiscalía y la acusación particular.

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El tribunal considera probado que entre 2013 y marzo de 2014, cuando tenía 39 años, el padre aprovechó “los momentos del baño y el aseo” de la niña “para satisfacer su ánimo lúbrico” efectuando tocamientos y otros “juegos sexuales”.

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La menor sufrió muchas lesiones en sus zonas íntimas e incluso se contagió de una enfermedad de transmisión sexual, ya que en unas muestras fue hallado el virus del papiloma humano del genotipo 45. Añade que la víctima padece un trastorno de estrés postraumático.

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El tribunal da credibilidad al “contundente” testimonio de la madre, quien “sin florituras ni exageraciones” narró lo que la niña le contó a raíz de que no la dejase lavarle la zona íntima porque su padre le hacía “daño” ahí, sin que los magistrados apreciasen animadversión contra su exesposo.

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Los psicólogos definieron a la niña como “estigmatizada” y “con conductas sexuales desde pequeña”, ya que “persigue a los niños para que sean sus novios” y presenta “comportamientos violentos muy sexualizados”. El acusado reconoció en noviembre de 2015 que él también había tenido el papiloma, aunque en el juicio afirmó que lo descubrió un mes y medio después de irse del domicilio.

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“Es improbable” que la niña fuese contagiada “en otro lugar” o “por otra vía, máxime cuando el acusado también presentaba esa infección”, argumentan los jueces, que agregan que la menor “iba de casa al colegio y al parque y no contactaba con más gente”.

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