La madre de una pequeña que sufrió un grave accidente hizo una advertencia a otros padres, sobre el peligro de llevar a los pequeños en las sillas especiales para niños en el auto.
Después de vivir la terrible experiencia de un accidente, su pequeña fue casi cortada en dos partes. Samantha Swartwout, viajaba junto con su padre y chocaron contra un árbol. Esto sucedió en Richmond Virginia y su padre de la niña jamás se esperó que esto sucediera y esta tragedia que cambió sus vidas.
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Luego del choque, la pequeña fue llevada al hospital con graves heridas, su vida en ese momento corría peligro, pues cuando la encontraron los servicios de emergencia, se encontraba sangrando e inconsciente. La pequeña Mantha, como la llaman de cariño, logró con mucho esfuerzo de los médicos, sobrevivir en ese momento, después de que prácticamente los cirujanos la unieran nuevamente.
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El cinturón que sujetaba a la pequeña cortó la pared abdominal y los intestinos estaban fuera del cuerpo, según el cirujano que la atendió, quien hizo un excelente trabajo para volver todo a su lugar.
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Después de este suceso, la madre de Samantha, Shelly Martin de 44 años, declaró que su hija está siendo atendida, además, por un terapeuta por los daños psicológicos que le ocasionó el accidente y también por presentar un fuerte estrés postraumático, pues en las noches despierta luego de fuertes pesadillas que no la dejan descansar. Shelly declaró:
“Sólo toma un segundo acomodar al niño en la silla de auto apropiado. A ella le tomará hasta más de un año poder curarse de esto. Mantha aún necesita otra cirugía dentro de pocos meses. Además, tiene miedo de estar sola”.
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Uno de los hechos que más conmocionaron a Shelly, fue el hecho de que en ese momento ella ya había decidido quitar la silla para niños del auto y dejar que Samantha usara en cinturón de seguridad, pero en esos momentos, el cinturón no estaba bien colocado y adaptado a la niña.
Según informó el Dr. Charles Bagwell quien es el jefe de la división de cirugía pediátrica en el VCU Center, fue el cinturón lo que realmente cortó la pared abdominal de la niña y produjo que los intestinos terminaran saliéndose y por este motivo cuando Samantha llegó al hospital, llevaba una gran marca en el abdomen.
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Samantha había prácticamente sido cortada en dos partes por el impacto en el auto, algo que fue y sigue siendo muy difícil de reparar pues aún sigue con secuelas graves.
Shelly hace una advertencia a todos los padres, sobre los riesgos potenciales que pueden vivir los pequeños al ser puestos en estas sillas y aconseja que se deben tomar las medidas correctas con relación a la seguridad.
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Desafortunadamente, esto lo aprendieron ellos después del accidente y aunque tanto Samantha como su padre siguen vivos, las secuelas siguen siendo graves y la pequeña tiene aún que someterse a varias cirugías más. Además los gastos que necesitarán suman más de 10 mil dólares. Esperamos que muy pronto terminen los problemas de esta pequeña y que esta historia ayude a otros padres a tomar precauciones.
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