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Toca Tu Meñique Con El Pulgar Y Descubre Lo Que Tu Cuerpo Revela Sobre La Evolución


Si tienes un museo de historia natural cerca de ti, ¡ve a visitarlo! Es un gran lugar para aprender más sobre tus orígenes y ver los restos de especies que representan varios avances evolutivos.

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Sin embargo, si el ir a uno está fuera de tus posibilidades, podría encantarte saber que uno de los especímenes más intrigantes que apunta hacia su pasado revolucionario ERES TÚ. ¡Tu propio cuerpo es, de hecho, todo lo que necesitas para comprender mejor la evolución!

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Mira por ejemplo el vello corporal. Nuestros antepasados ​​necesitaban cabello para protegerse del frío y de irritaciones de la piel. Ahora que la ropa ha reemplazado este papel, el cabello ya no es realmente necesario y cada vez las personas nacen con menos vello.

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Otro excelente ejemplo son las muelas del juicio ‘inútiles’ que la mayoría de nosotros tenemos que quitarnos. Antes servían para ayudar a nuestros ancestros a sobrevivir cuando los alimentos en el menú eran muy limitados y la carne requería de muchas masticadas.

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www.evolutionevidence.org

Y ahora se ha descubierto otra característica interesante de nuestros antepasados, los que saltaban de un árbol a otro, quienes necesitaban: un tendón particular que ya no utilizamos para nada, por eso el 10-15% de las personas ya no nacen con ello.

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Eso correcto; ¡Aún no hemos terminado de evolucionar! De hecho, mientras haya seres vivos, la evolución nunca terminará. Puede tomar miles o millones de años, pero todas las especies continúan cambiando.

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Los científicos a menudo intentan predecir cómo se verá el humano dentro de 10,000 años. La mayoría de ellos sugieren que las cabezas y los cerebros se harán más grandes, mientras que algunos creen que seremos más altos y completamente sin pelo.

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De vuelta al tendón en cuestión, esta parte del cuerpo se llama palmaris longus. Está situado en los antebrazos y, si lo tienes, deberías poder ver cómo se expone fácilmente cuando colocas la palma al revés. Así que dobla la muñeca e intenta tocarte el dedo meñique con el pulgar.

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¡Prueba y descubre si tienes este tendón o no!